La habitación estaba rodeada por un silencio total y estremecedor. La chica podía escuchar hasta el más mínimo movimiento e incluso los latidos de su propio corazón. Su corazón, el culpable de todo, de lo bueno y lo malo, de los sueños y la realidad, de la duda y la decisión...
Wendy Amy Cas
No hay comentarios:
Publicar un comentario